¿Qué consecuencias tiene la sentencia de incapacidad para la persona declarada incapaz?
- Una consecuencia es que la persona declarada incapaz no tiene potestad de tomar decisiones que atenten contra sus propios intereses. Su firma en documentos no tendrá validez. Toda acción que requiera de documentos legales deberá ser suscrita por el tutor o curador. En la práctica, una persona incapacitada no puede formalizar un testamento ni firmar contratos. Tampoco puede contraer matrimonio.
- Dependiendo del tipo de incapacidad, la persona incapaz puede trabajar. Será el juez quien autorice el tipo de trabajo, y el tutor deberá validar esa opción.
- La incapacidad puede ser permanente o temporal. Una vez que el juez decide el grado de deterioro y la posibilidad o imposibilidad de mejora, la persona incapaz será objeto de monitorización por el propio juez desde el primer momento. Este seguimiento es una consecuencia de la incapacidad que mantiene bajo la lupa judicial al incapacitado.
- La persona con sentencia de incapacidad puede estar exenta de responsabilidad penal y civil. El artículo 20 del Código Penal admite esta posibilidad. Por su parte, la jurisprudencia ha mostrado una tendencia a que así sea.
Sin embargo, esta exención de responsabilidad no implica que el juez no tome medidas. Todo lo contrario. Según el problema causado por el incapaz, la sentencia puede hasta determinar la internación en un centro. Si es rehabilitable, será en un centro de rehabilitación. Si es enfermo psiquiátrico severo, puede llegar hasta la internación en un centro que atienda a estos pacientes.
¿Qué consecuencias tiene la sentencia de incapacidad para el tutor/curador?
La aceptación del rol de tutor implica consecuencias que afectan la vida de esta persona. El principio básico es que no tendrá libertad absoluta de gestionar la vida de su tutelado.
- Debe acompañar al tutelado en todas las instancias de su vida, ocuparse de cuidar su salud y de proteger su patrimonio.
- Cada año, rendirá cuentas de la situación económica del tutelado en el juzgado.
- El tutor debe ser un buen administrador, pues responderá por los daños causados por su mala gestión.
- Deberá pedir autorización judicial para determinados actos que tengan impacto en el interés de la persona tutelada. Tal es el caso de enajenar inmuebles, asuntos mercantiles, renunciar a créditos, dar o tomar dinero en préstamo o crédito, cancelar cuentas, entre otros.